Un blog para que, entre todos, nos ayudemos a superar la ansiedad, los malos momentos, las fobias, los pánicos...

domingo, 28 de febrero de 2010

La meditación... esa gran amiga


Os comento un poco cómo suelo meditar. Me costó un poco acostumbrarme, pero ahora casi no concibo vivir sin ello.

El objetivo es no solamente hacerlo cuando nos encontramos mal, sino también cuando estamos en un día pletórico y mentalmente positivo.

Yo eligo un lugar de mi casa (o si puede ser en un entorno natural, una playa, el campo o cualquier otro lugar, mucho mejor), y me siento en un cojín o una colchoneta. La espalda no debe estar nunca apoyada. Tiene que ser una situación un pelín incómoda para que no nos entre el sopor y nos quedemos dormidos/as.

Previamente, he escogido una frase (recomiendo que al principio sea muy sencilla) para dedicarme a ella al menos 20 minutos - 1/2 hora. El objetivo es exprimir esa frase al máximo. Aplicarla en nuestra vida. Hacer ejemplos mentales sobre lo que esa meditación conlleva. Y utilizarla varios días por más que pensemos que no podemos sacarle más jugo.

Cuando notéis que no da más de sí, pues simplemente toca cambiarla. Os iré colgando frasecitas para trabajar sobre ellas y me gustaría, por favor, que en comentarios indicarais vuestras conclusiones, experiencias, reflexiones, etc.

Por cierto. Probablemente, durante los primeros días, notéis un dolor de espalda o riñones. No pasa nada. Basta con realizar unos estiramientos antes, durante y después del ejercicio. Si alguien padece de dolencias de espalda, pues toca apoyarse a una pared o utilizar un cinturón de estos que sujete la base de la columna. Lo que no se debe hacer es meditar tumbado porque incurrimos en sueño y éste no es el objetivo de la meditación, salvo que queramos atacar al insomnio.

Espero que asimiléis la meditación como algo importante en vuestro día a día.

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jueves, 25 de febrero de 2010

un ángel en vida, ahora un ángel de verdad


Ayer se fué MC. Una chica de 33 años maravillosa, bellísima, atenta, nunca se quejaba por nada y todos sabíamos que estaba sufriendo mucho pero nadie le daba con la tecla.

Ese tipo de personas que te marcan la vida y que adoras solo por existir. Ese tipo de personas que con su silencio dicen más que lo que el resto de la humanidad pronuncia. Ese tipo de personas que, con solo mirarla a los ojos, sabes que jamás te fallarán.

Ahora no solo NO nos ha fallado, sino que se ha ido para protegernos un poquito más.

Este tipo de situaciones me secan los lagrimales y me hacen poner un poquito más los pies en la tierra. Dedicamos el tiempo a estresarnos por situaciones que, aunque para nosotros sí lo sean, en general no son tan graves. Todo depende de nuestro punto de vista. El corazón tiene memoria y almacena todos los disgustos, malos momentos, alteraciones, etc. El de MC parece que no podía retener más información. Y se partió en dos. Como una sandía al caer al suelo desde un tejado.

Te quiero mucho mi ángel.

miércoles, 17 de febrero de 2010

La caja fuerte


Es curioso. Después de varias mañanas pasando algún ataque de ansiedad en el coche o en algún avión, decido hablar con una amiga psicóloga con la que siempre puedo contar.

Muy preocupada por mí me comentó que, a partir de ahora, cada vez que notara que me venía esa sensación de malestar pensara en una caja fuerte que se cierra y que deja encerrado ese pensamiento. Y lo hice sin creer en ello. Antes de ni siquiera subir al coche, ya me estaba encontrando mal. A los 10 minutos, ya llevaba como 20 cajas fuertes imaginadas.

A mitad del trayecto, la caja fuerte era el triple de grande que la primera, tenía una enorme rueda, 3 cerraduras, un teclado numérico de seguridad... vamos, una "súper-caja" de caudales. Llegaba a oir incluso el ruido que hacía al cerrarse de golpe, violentamente, bloqueando a mi "enemigo".

Curiosamente, funcionó. Hasta tal punto, que se me ha olvidado tomar la pastillita que tanto ansiaba cada día.

No hay nada en el mundo que sea la panacea pero, si tenemos claro que el asunto está en nuestro coco, podemos educar a nuestra mente. Es lo que hice esta mañana y me ha funcionado.

Me encantaría que lo probárais y que me comentárais qué tal. Yo, seguiré con ello. Me ha encantado.

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jueves, 11 de febrero de 2010

Tecnología... ¿qué haríamos sin ella?


Pues vivir mejor.
Después de un día duro de trabajo frente al ordenador, llego a casa, me pongo cómodo y, ¿qué hago? pues encender el portátil, ver algunos blogs que me molan, mirar el messenger, el skype, abrir el IRCAP para ver si están los amigos de "fobia-social", ojear el NY Times y ver mis cuentas de correo no profesionales a ver si alguien se ha acordado de mí. Ah! y el Facebook para ponerme al día de las vidas de mis amigos y familiares y así evitarme llamadas de teléfono o visitas a sus casas.

Interesante, verdad?

Ayer me propuse no hacer nada de eso (excepto el facebook porque necesito tener noticias de mi gente). Os tengo que decir que empezaron a entrarme sudores. Cogí el libro que tengo encima de la mesilla y no me podía concentrar en su contenido. Repasaba cada renglón varias veces y no había manera. No dejaba de pensar en mi ordenador portátil.

Entonces... realmente la tecnología es buena?

Mi objetivo: provocar un efecto "ciber-café" en mi casa. Es decir, como cuando echabas un euro y el reloj de cuenta atrás empezaba a descontar segundos. Me pondé el cronómetro 20 minutos. Y a mis amigos de "fobia-social", como no los quiero abandonar, les dedicaré un par de veces a la semana algo más de tiempo. El messenger, como lo tengo en el trabajo, lo puedo atender sin problemas aunque sin dedicarle demasiado tiempo.

Y eso es todo amig@s...

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sábado, 6 de febrero de 2010

Estado de hipnosis


Ayer estuve leyendo un libro muy curioso. La verdad es que últimamente me ha dado por este tema y lo quiero compartir.

El estado de hipnosis no es a lo que la televisión nos tiene acostumbrados. Para nada hacemos el perrito, el patito o nos quedamos flotando entre dos sillas. Es una situación física y mental en la que estamos en vigilia, es decir, en esa delgada línea que separa la conciencia del sueño. De hecho, todos los días al menos nos autohipnotizamos dos veces: unos segundos antes de dormir y unos segundos antes de despertar. No os ha pasado nunca que habéis dado un espasmo con la pierna justo cuando os estábais quedando dormid@s? Eso es un mini estado de autohipnosis. Igual nos ocurre con actividades muy rutinarias, como cuando estamos volviendo a casa en coche después de un largo día de trabajo y no recordamos muy bien los últimos 5 kilómetros porque se ha puesto en marcha nuestro "piloto automático" y nuestra conciencia ha estado divagando por ahí.

Está claro que, en estado de hipnosis, podemos reaccionar perfectamente ante cualquier situación (si no, en coche seguro que no llegaríamos a casa porque nos saldríamos de la carretera). En absoluto perdemos nuestra capacidad de autocontrol y nuestra voluntad. No es nada peligroso.

Este libro comentaba que Edison, el inventor de la bombilla, se quedaba en un sofá sentado con varias bolas de metal en la mano y un cuenco de cristal debajo. Su objetivo era provocar una situación de auto-hipnosis para conseguir entrar en su subconsciente y así poder ser más creativo. Si se quedaba dormido, las bolas caían en el cuenco y se despertaba. Son técnicas que muchos artistas llevan a cabo. El subconsciente es nuestra memoria oculta en la que guardamos, de manera automática, todos aquellos pensamientos, conocimientos, sentimientos, sensaciones a los que no podemos acceder con tanta facilidad, pero que sí que nos condicionan en el día a día. Incluso hay quien afirma que es donde se almacena la información de nuestras vidas pasadas. Ya depende de la creencia y experiencia de cada un@. Yo, por el momento, no voy a opinar, aunque ya sabéis mi tendencia hacia dónde se decanta más.

Voy a estar unos días intentando mantenerme en este estado de autohipnosis. Puede ser interesante, o puede ser una tontería. Pero al menos lo voy a tantear.

Si alguien lo ha hecho ya o se anima, que por favor deje sus comentarios al respecto.

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viernes, 5 de febrero de 2010

El miedo a la muerte


Así es. El miedo a la muerte, al sufrimiento, a lo desconocido... Es lo que nos tiene a much@s muy preocupados. Para qué tanto esfuerzo en la vida si luego todo se acaba? Obligatoriamente voy a tener que pasar por el trance de morir!! no voy a poder hacer nada para remediarlo?

Muy pocas personas tienen asimilado este temor. Y dedicamos demasiado tiempo en nuestra vida en pensar en algo que va a ocurrir en todo caso. Lo desconocido nos asusta. Por si acaso, hay quien reza, quien va a misa, quien se santigua si ve un coche fúnebre, quien va a la meca una vez en la vida, etc.

Todo por miedo. Y por los ajustes de cuentas que nos harán más allá. O por miedo de que no haya nada y la oscuridad se cierna sobre nuestras cabezas.

La verdad, y sin intención de convencer a nadie de nada, después de mucho leer y reflexionar, cada día tengo más claro que existe algo parecido a la reencarnación o al aprendizaje contínuo. No es que tenga unas pruebas irrefutables sobre ello, pero sí que he leído a personas que parecen bastante cabales y sí que me cuadra un poco con todo.

Solo he aprendido, como comentaba en mi post de la hilera de hormigas, a no perder el tiempo buscando explicaciones de lo que no puedo comprender. Pero sí que me va convenciendo un poco la teoría de que cada vida es un aprendizaje y que el alma cada vez se va haciendo más sabia. Si no, qué sentido tendría todo esto? para qué tantas molestias? para qué tanto sentir y padecer?

En fin, como véis, yo sigo ahí pensando que pensando.

Os recomiendo dos libros:

Muchas vidas, muchos maestros (de Brian Weiss) y el tercer ojo (de T. Lobsang Rampa). Ambos tratan de las reencarnaciones. Uno, desde la vía de la regresión hipnótica. Otro, desde la reencarnación de las almas tibetanas. Estos libros me alivian. Me hacen perder ese miedo.

Un placer,

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martes, 2 de febrero de 2010

hay quien quiere cruzar mares... y se ahoga en los charcos


Y, efectivamente, eso nos puede ocurrir a muchos de nosotros.
Por eso, lo ideal es marcarnos pequeños objetivos totalmente alcanzables y que sea a corto plazo.

Tenemos que conseguir que esos hitos estén a nuestra mano y que nos motiven o entendamos que son buenos para nosotros (para aquellas personas que estén muy desanimadas).

¿Lo ideal? Por supuesto, el truco del papel y el lápiz. Yo es que soy un maniático de escribirlo todo. Pero, al menos en este caso, deberíamos reflejar por escrito lo que queremos hacer esa semana. Al principio nos parecerá una estupidez, pero con el paso de las semanas nos daremos cuenta que realmente nuestra vida no tiene tan poco sentido como nosotros creíamos.

Por otro lado, vamos a dejar un poco de lado esas ambiciones tan inmensas. Aunque no está mal que lo tengamos ahí en un lateral de nuestro "consciente", que no dominen nuestra voluntad. Hasta que no tengas los recursos, no malgastes energía pensando y estresándote por ese negocio. Hasta que no acabes derecho, no te agobies pensando en la oposición para Abogado del Estado. Hasta que no tengas los medios, no pierdas el tiempo con preocupaciones sobre el modelo de coche y de financiación. Etcétera, etcétera.

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