
Que Dios os pille confesados. Hoy, me siento hablador. Por primera vez en mucho tiempo, noto mi cerebro como si una inyección de oxígeno le hubiera invadido. Después de semanas y semanas de saturación y espesor, por fin he conseguido volver a tener esa sensación. Y he de aprovecharla, porque no es nada habitual en mí.
Tengo que reconocer que cada día controlo más mis impulsos. Es increible como la madurez mental y física hace que nos tomemos las cosas de otro modo. Creo que ahí está la clave. Aunque aún tengo mucho que aprender, sí que quiero compartir con vosotr@s que realmente se puede. Da igual el trastorno físico o mental que tenga cada un@. Da igual si ahora mismo te sientes apesadumbrad@, o apátic@, o si realmente no compartes nada de lo que escribo en este blog o lo que te dice tu médico. Da igual. Lo tienes que hacer y punto. Quizá lo que necesitas es que alguien te de órdenes, dos tortas virtuales (o no) bien dadas y que aprendas a adaptar tu vida al entorno. No pretendas que lo que te rodea se adapte a tí, es un error. Gastarás demasiada energía para nada.
En definitiva, con lo que he ido escribiendo por aquí y mis experiencias vitales, voy consiguiendo dominar mis sensaciones. Y os garantizo que en mi caso no está resultando nada sencillo: soy un personaje complicado. Así que te animo a que lo hagas. Poquito a poco.
Y, por supuesto, cuenta conmigo, escríbeme... para lo que necesites. Todo lo que esté en mi mano, es tuyo.
Yield_
No hay comentarios:
Publicar un comentario