Si os fijáis en mi último post... está fatal escrito. Se nota que era un momento de saturación mental y anímica máxima.
Todos tenemos un límite. Y tenemos que aprender qué hacer cuando lo alcanzamos.
Cuando me detengo a observar a determinadas personas (de los medios, de la calle, de mi entorno...) en un 90% de las ocasiones siento admiración. Una paciencia, una parsimonia, una fuerza, una dedicación...
Tengo una compañera que todos los días va al gimnasio a las 7 de la mañana. Es la actividad personificada. Además, eficiente en su trabajo, siempre dispuesta a ayudar, alegre, campechana... Cuando la conocí, era desagradable, seria, borde y hasta fea. Ahora, me parece bellísima.
Cómo lo ha hecho?
Yo me he propuesto hacer esto del ejercicio con continuidad. De nunca he sido capaz. Hace unos meses casi lo consigo, pero siempre surge alguna excusa: que si te rompes la pierna, que si te secuestran... bah! excusas!!
Voy a investigar con mi persona. Os iré contando el sufrimiento de convertir el ejercicio en costumbre y no en suplicio. A ver si son el apoyo del blog lo consigo... aunque sea un poco.
Yield_
miércoles, 30 de junio de 2010
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