sábado, 21 de enero de 2012
Sal del BUCLE
De nuevo por aquí, con cantidad de situaciones asimiladas y aprendidas, y dispuesto a compartirlo con vosotr@s.
He estado durante unos meses observando, analizando y entendiendo el comportamiento social y cada día veo más claro lo complicado y sencillo que es nuestro mecanismo mental.
En estos meses, el marketing está poniendo de moda el concepto "desaprender", algo que los entrenadores de habilidades llevamos poniendo en práctica muchos años. Incluso hice referencia a los inicios de este blog (mucho antes que el famoso anuncio de una entidad bancaria determinada). Y no es que yo sea un gurú que invente determinados términos, sino que es algo que se ha demostrado que es fundamental para encontrar nuestro punto de equilibrio personal.
Y esta introducción la hago precisamente para introducir una subcategoría dentro del desaprendizaje: salir del bucle.
Como animales de costumbres que somos, y encima relacionados y saturados de medios de información, es muy habitual que nuestra saturación mental nos haga, en determinados momentos, no saber cortar con determinados pensamientos o acciones. Y tenemos que saber detectarlas para poder dar una orden inmediata a nuestro cerebro y poder parar. Cualquier fobia o manía se alimenta como una alimaña de nuestros pensamientos cíclicos y repetitivos. Y, si no eres capaz de detectarlo, pide a las personas de confianza que te rodeen que te avisen cuando lo perciban. Solemos repetir gestos o frases negativas cuando, por ejemplo, llegamos del trabajo (un resoplo nada más entrar por la puerta) o comentarios en la hora de la comida con nuestros compañeros y compañeras. Sal de la rutina. Poco a poco, pero hazlo. No busques frases hechas y fáciles. Es mejor estar en silencio y evitar determinados comentarios. Si no, nuestro subconsciente se va a alimentar de todo lo negativo que sale por nuestra boca. Aunque lo pienses, CÁLLATE. No lo digas! Peligro! Estás alimentando a tu monstruo interno.
Verás, con la práctica, que sentirás alivio en situaciones que antes te resultaban incómodas. Si no, haz la prueba durante unos días. Tenemos el control de nuestra mente y de nuestra voluntad. Alimenta tu subconsciente de frases positivas. Por muy mal que te vaya la vida.
Funciona.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)